¿Consideras usted que el divorcio es la solución?
Algunas preguntas para meditar.
Hay circunstancias de la vida que algunas veces nos llevan a pesar si el divorcio es la solución.
Los malos entendidos en el matrimonios son normales.
Pero algunas veces se preguntan menudo : “¿Es el divorcio el camino correcto?” A continuación vamos a meditar si en su matrimonio vale la pena la separación.
Dos preguntas interesantes a meditar
¿Nosotros deberíamos casarnos? Es el divorcio la respuesta correcta? Cualquiera de las dos que tomes cambian la vida.
Antes de arrancar con un divorcio, las parejas siempre debería de analizar seriamente algunas interrogantes importantes que los lleven a tomar decisiones sabias a nivel emocional, sicológico y espiritual.
Si usted se está preguntando si un divorcio es la solución adecuada, reflexionar sobre estas preguntas.
¿La comunicación entre ustedes es respetuosa y afirmativa?
Cuando un matrimonio es sano, los esposos hablan abiertamente y honestamente, pero no usan “la honestidad” como una excusa para “atacar” a su cónyuge ni para “descargar todo.”
Efesios 4:25, “Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros.” Si seguimos estas enseñanzas hay poco margen de fracaso y si ya esta es tu situación y piensas que necesita ayuda. Has click en apoyo y gusto le atenderemos.
Si su repuesta a la pregunta arriba formulada es que “no,” entonces es tiempo de replantearse la forma en la que se comunica con su pareja y cambiar. Muchas personas tienen problemas para compartir sus sentimientos y necesidades.
Demasiados problemas matrimoniales provienen de la falta de comunicación, generando una falsa tolerancia que promueve que cada miembro de la pareja viva de forma independiente.
La incomunicación aísla, aleja, encierra y bloquea a los cónyuges, no permitiéndoles disfrutar de la convivencia.
Puede ser desafiante moverse de una comunicación pobre a una saludable, especialmente si nunca ha aprendido cómo hablar con su cónyuge.
Un experto en relaciones puede ayudarlos a usted y a su cónyuge a aprender cómo volverse el uno hacia el otro, empatizar y comprender los sentimientos y necesidades del otro.
Una mala comunicación puede generar resentimientos, frustraciones, crear un mal ambiente en el trabajo, dañar la productividad e inclusive las relaciones externas.
Leer mas sobre la comunicación aqui.
¿Trata usted de resolver cada conflicto en su matrimonio?
Si su respuesta es que “sí,” tienes un alto porcentaje de fracaso en su relación
Proverbios 15:1, “ La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.” Hablen con la verdad y en una manera amorosa.
Para poder resolver el conflicto, se requiere de una comunicación honesta y sincera, pero también amorosa.
Los cónyuges también deben recordar que usualmente hay una razón significativa para el desacuerdo. Un cónyuge (o ambos) pueden estar lidiando con una posición profundamente arraigada, un sueño (ideal) u otros problemas de fondo. Descubrir este problema podría ayudar a la pareja a alcanzar un compromiso saludable.
- Pidale a Dios sabiduría para que a la hora de tratar los conflictos Dios te de las palabras sabia para la solución.
- Identificar cuál es el problema.
- Qué posibles soluciones hay.
- Evaluar las posibles soluciones son las mejores.
- Tomar desiciones sabias a posibles soluciones.
- Tomar desiciones sabias basadas en resultados positivos.
Los conflictos se pueden agravar sino se atienden a tiempo.
¿Usted cree que su matrimonio llego al final?
Seis años. Ese es el tiempo que la mayoría de las parejas luchan antes de finalmente hacer una cita con un consejero para preguntarle si el divorcio es la respuesta correcta para su situación. Muchos sufren por décadas, ahogándose en patrones pobres de comunicación, comportamientos que no son sanos y desconexión física o emocional, antes de buscar ayuda o solicitar el divorcio. Ellos llegan a la oficina del consejero o abogado agotados y piensan que lo han intentado todo, pero nada ha funcionado.
Es tiempo de echar una mirada honesta a su matrimonio. ¿Usted y su cónyuge luchan en una (o más) de estas áreas?
- Comunicación.
- Infidelidad – emocional o física
- Adicción.
- Desconexión – emocional o física.
- Manejo de conflictos.
- Pensamientos negativos sobre su cónyuge.
- Crecimiento en direcciones diferentes.
- Resentimiento o amargura.
- Soledad.
Si respondió “sí” a alguno de estos problemas, considere la terapia de matrimonios con un consejero cristiano
¿Cómo ha contribuido usted al problema y la solución?
Muchas parejas caen en el juego de la culpa: señalando a su cónyuge en lugar de hacer una introspección honesta. Todos tenemos puntos ciegos. Y solo podemos descubrirlos si sacamos el tiempo para reflexionar en las cosas que hemos hecho que contribuyen a la infelicidad de nuestro matrimonio. En otras palabras, ponga el juego de la culpa en pausa y haga alguna autorreflexión:
- ¿Estoy luchando con comportamientos pecaminosos que afectan mi matrimonio?
- ¿Cómo le hablo a mi cónyuge? ¿Soy crítico? ¿Estoy a la defensiva?
- ¿Cómo manejo el conflicto? ¿Ataco, evito o culpo?
- ¿Qué necesita mi cónyuge de mí? ¿Cómo lo sé? ¿Me baso en mi propia opinión o mi cónyuge me ha hablado sobre sus necesidades?
- ¿Satisfago las necesidades de mi cónyuge regularmente? Si no es así, ¿por qué no?
- ¿Regularmente le pregunto a mi cónyuge si estoy satisfaciendo sus necesidades?
- ¿Trabajo en mi relación de amistad con mi cónyuge?
- ¿Cómo le estoy mostrando amor y aprecio a mi cónyuge?
Datos de los divorcios
Hay investigaciones que apoyan la consejería prematrimonial como una herramienta efectiva de mantener vivo un matrimonio y prevenir situaciones futuras que conducen a la ruptura. Aprender habilidades de comunicación, como resolver desacuerdos y habilidades para resolver problemas antes de que comiencen los problemas le da a las parejas herramientas en caso de que surjan problemas difíciles. Además, el asesoramiento prematrimonial puede normalizar el hecho de que todos los matrimonios tendrán desafíos a veces. Las personas a menudo se casan con la creencia ingenua de que su relación siempre será dichosa, o que una boda resolverá los problemas que ya han surgido en su relación. Predecir las dificultades y planificar con anticipación para enfrentarlas con el compromiso de buscar ayuda cuando sea necesario, puede salvar a muchos matrimonios del trauma de un divorcio.
Casarse demasiado joven, los problemas financieros y el abuso de sustancias son los problemas más citados por las parejas que se divorcian.