Dios los une y el dinero los separa.
A Dios le interesa que nos comuniquemos con él sobre todo, incluso sobre las finanzas. Él espera que nos acerquemos a pedirle sabiduría y dirección.
Lo mejor que puedes hacer para administrar el dinero con tu pareja es ser lo más abierto y honesto posible sobre el estado de tus finanzas. Es indispensable que converses con el otro sobre tus deudas, préstamos, historial crediticio, hábitos de gasto y metas financieras, entre otros.
Si se estan conociendo es de suma importancia que se hable y se aclare el estatus financiero. El amor no quita el conocimiento.
Dios es el dueño de todo (Salmos 24:1, Hageo 2:8) y nosotros somos sus administradores (Lucas 16:11–12). En las recientes palabras de mi pastor «Dios no vive en nuestro mundo, nosotros vivimos en el suyo». Si Dios nos ha confiado las riquezas terrenales, seamos proactivos y responsables para que al final escuchemos las palabras «Muy bien, eres un empleado bueno y fiel; ya que fuiste fiel en lo poco, te pondré a cargo de mucho más» (Mateo 25:23a).
Algunas prácticas que nos han ayudado a mi esposa y a mí a administrar el dinero de Dios de forma sabia son las siguientes:
Orar. A Dios le interesa que nos comuniquemos con él sobre todo, incluso sobre las finanzas. Él espera que nos acerquemos a pedirle sabiduría y dirección (Santiago 1:5). Yo antes tenia mis dudas sobre cómo asignar el dinero por la cantidad de situaciones económicas que teníamos y las traemos a Dios en oración sabiendo que él nos dará la respuesta y así siempre ha sido y nos va muy bien y podemos bendecir a otros.
La Biblia dice: Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores (1 Timoteo 6:10). No tienes que ser rico para amar el dinero. Muchas veces los que tienen menos dinero lo aman más.
Orgazisate y crear un presupuesto.
El principio para este tipo de planeación se encuentra en Lucas 14:28, «Si alguno de ustedes quiere construir una torre, ¿acaso no se sienta primero a calcular los gastos, para ver si tiene con qué terminarla?». El objetivo de tener un presupuesto es poder saber con claridad cuál es el ingreso, para adecuar todos los gastos a ese ingreso, no al revés. Durante la planeación de nuestro presupuesto, tomamos en cuenta cuánto designaríamos para invertir en el reino de Dios, cuánto para nuestros gastos, y cuánto para invertir en otras personas y causas. Los límites del presupuesto nos permiten comprar los zapatos que necesitamos sabiendo que tendremos lo suficiente para pagar la renta. ¡Ese tipo de tranquilidad no tiene precio!
Combinar nuestras finanzas. Tenemos una cuenta bancaria compartida y cada semana revisamos los gastos, tomando decisiones juntos sobre cómo distribuir el dinero. Con estas prácticas promovemos transparencia, fortalecemos el sentido de confianza, y expresamos nuestra unidad (Marcos 10:8).
Los gastos que son parte del presupuesto
Es importante que seamos consciente de la realidad de los gastos que obligatoriamente tenemos que ejecutar y que ineludibles.
Para entender cómo se deben administrar los gastos familiares conviene elaborar una lista detallada con todas las erogaciones que se realizan, por ejemplo:
- Ahorro
- Renta
- Hipoteca
- Alimentos
- Luz, agua y gas
- Servicios de telefonía fija y móvil
- Mátriculas
- Gastos de transporte o estacionamiento
- Gasolina
- Mantenimiento del automóvil
- Viajes
- Propinas
- Uniformes
- Útiles escolares
- Regalos a familiares y amigos
- Alimento y vacunas de las mascotas
- Mantenimiento de la vivienda
- Consultas médicas, aunque tengas seguro.
La Biblia contiene 2.350 versículos relacionados con el tema del dinero y las posesiones.
Los gastos que no son mensuales
Es importante incluir en la lista los gastos esporádicos, ya que son tan importantes como los gastos fijos. El hecho de presupuestarlos, además de apoyarnos para distribuir nuestro dinero correctamente, nos ayuda a no olvidar que debemos hacerlos.
Por ejemplo, es de mucha importancia que destinemos una cantidad y tiempo a hacernos chequeos médicos cada determinado mes, para monitorear que nuestra salud esté en óptimas condiciones. Igualmente, debemos recordar que las visitas al dentista serán necesarias para todos los miembros de la familia.
También debemos recordar los pagos de seguros médicos, de vida, de auto, entre otros, si es que en lugar de pagarlos diferidos durante todo el año, los pagamos en una sola exposición anual.
Otros ejemplos de gastos esporádicos son los aniversarios significativos, las celebraciones de graduación y los gastos de titulación.
Entonces, una vez que tenemos claro en qué vamos a gastar, podremos preguntarnos si estamos destinando dinero para hacer crecer nuestro capital familiar.